Ya tenemos aquí a la primavera. Aunque meterológicamente hablando aún no ha llegado, ya se siente en el ambiente. Ya está a la vuelta de la esquina. Y las aves lo notan. Sales al campo a observar y no paras de ver aves cantando, disputando un lugar en donde descansar, las mariposas vuelan... Nueva vida que nace y otra que está en camino. Las gaviotas están estos días volviendo desde sus cuarteles de invierno hacia sus colonias de cría. Que están situadas en el este y norte de Europa. Y los adultos ya lucen sus mejores galas nupciales para conquistar a su pareja. Lo podéis ver en estas gaviotas reidoras Chroicocephalus ridibundus y cabecinegras Larus melanocephalus que están parando en Gijón para descansar y poder seguir viaje.
Gaviota cabecinegra Larus melanocephalus |
Gaviota reidora Chroicocephalus ridibundus |
Pero donde se ve realmente el cambio que se nos viene encima, es en los pajarinos. En los paseriformes. Muchos de ellos están cantando a todo meter. Otros andan ya emparejados. El resto están descansando para recuperar fuerzas y seguir su viaje migratorio. Los chochines comunes Troglodytes troglodytes se oyen por todos lados. Dejan oír su canto desde cualquier posadero adecuado. Un canto potente si tenemos en cuenta el diminuto tamaño del pájaro.
Chochín común Troglodytes troglodytes
Lo mismo pasa con los petirrojos europeos Erithacus rubecula.
Petirrojo europeo Erithacus rubecula
Y los jilgueros europeos Carduelis carduelis. Aunque los que veis en esta entrada estaban más ocupados en alimentarse o limpiarse después de haber comido, que en cantar.
Las preciosas currucas cabecinegras Sylvia melanocephala hace ya años que se ven con regularidad en la zona costera asturiana. En una de los sitios de campeo que frecuentamos hay una pareja que tiene establecido su territorio. Son difíciles de fotografiar o filmar. Suelen estar siempre metidas entre los arbustos. Incluso cuando cantan lo hacen medio ocultas. La del vídeo es una hembra.
Otro pájaro que ya está emparejado y preparándose para criar, es la lavandera cascadeña Motacilla cinerea. Una pareja se puede ver junta de continuo, volando de acá para allá. Siempre inquietas. Siempre difíciles de fotografiar.
Lavandera cascadeña Motacilla cinerea
Las elegantes gaviotas canas Larus canus se ven en escaso número. Y casi siempre son individuos no adultos. Como el ave de primer invierno de la foto.
Lo mismo sucede con los pinzones vulgares Fringilla coelebs y los bisbitas pratenses Anthus pratensis. El bisbita pratense es un ave principalmente invernal, aunque hay escasas citas de cría registradas en Asturias, siempre en el interior y en zonas de altitud media a medio-alta. Los pinzones vulgares, aunque son residentes y abundantes, ven aumentada su población por gran cantidad de migrantes europeos. Creo que la mayoría de los que vemos en Gijón, hablando de ambas especies, son aves foráneas. Ejemplares invernantes.
Arrendajo euroasiático Garrulus glandarius
Jilguero europeo Carduelis carduelis |
Las preciosas currucas cabecinegras Sylvia melanocephala hace ya años que se ven con regularidad en la zona costera asturiana. En una de los sitios de campeo que frecuentamos hay una pareja que tiene establecido su territorio. Son difíciles de fotografiar o filmar. Suelen estar siempre metidas entre los arbustos. Incluso cuando cantan lo hacen medio ocultas. La del vídeo es una hembra.
Curruca cabecinegra Sylvia melanocephala
Otro pájaro que ya está emparejado y preparándose para criar, es la lavandera cascadeña Motacilla cinerea. Una pareja se puede ver junta de continuo, volando de acá para allá. Siempre inquietas. Siempre difíciles de fotografiar.
Lavandera cascadeña Motacilla cinerea
Un ave residente y muy abundante es el mirlo común Turdus merula. También están ahora cantando casi de continuo.
Mirlo común Turdus merula
Los mosquiteros comunes Phylloscopus collybita siguen llegando en buen número desde sus cuarteles de invierno en África.
Mosquitero común Phylloscopus collybita |
Volviendo a las aves acuáticas y marinas, ayer hemos podido ver un charrán patinegro Thalasseus sandvicensis. Los charranes patinegros son aves muy abundantes en el paso postnupcial. A últimos de verano y principios de otoño. Algunos pocos ejemplares invernan en Asturias. Y se ven escasamente en el paso prenupcial. El que estaba este sábado descansando en la playa, no sabemos muy bien si es un ave invernante o un migrante temprano que ya está volviendo a su lugar de cría.
Charrán patinegro Thalasseus sandvicensis |
Las elegantes gaviotas canas Larus canus se ven en escaso número. Y casi siempre son individuos no adultos. Como el ave de primer invierno de la foto.
Gaviota cana Larus canus |
Y como aún no ha llegado la primavera, algunas aves permanecen todavía en sus lugares de invernada. Es el caso de los correlimos oscuros Calidris maritima y los vuelvepiedras comunes Arenaria interpres. De los correlimos oscuros y a día de hoy, 1 de marzo, todavía pueden verse cinco ejemplares. De los vuelvepiedras comunes hemos visto treinta y uno.
Correlimos oscuro Calidris maritima y vuelvepiedras comunes Arenaria interpres
Correlimos oscuro Calidris maritima |
Vuelvepiedras común Arenaria interpres
Lo mismo sucede con los pinzones vulgares Fringilla coelebs y los bisbitas pratenses Anthus pratensis. El bisbita pratense es un ave principalmente invernal, aunque hay escasas citas de cría registradas en Asturias, siempre en el interior y en zonas de altitud media a medio-alta. Los pinzones vulgares, aunque son residentes y abundantes, ven aumentada su población por gran cantidad de migrantes europeos. Creo que la mayoría de los que vemos en Gijón, hablando de ambas especies, son aves foráneas. Ejemplares invernantes.
Pinzón vulgar Fringilla coelebs
Bisbita pratense Anthus pratensis
Un ave residente y que es fácil de observar en parques y jardines de la periferia es el arrendajo euroasiático Garrulus glandarius. Recibe el sobrenombre de "El sembrador del bosque". Tiene la costumbre de acumular comida que recoge en tiempos de abundancia para cuando lleguen las épocas de escasez. Esconde la comida y se alimenta de ella cuando no hay nada que meter en el buche. Pero se olvida de algunos de esos escondites. Y la comida acumulada allí, que suelen ser semillas, puede llegar a germinar y dar lugar a nuevas plantas. Como puede suceder en el caso del que os mostramos. Estaba recolectando bellotas de roble. Si no recuerda el lugar donde escondió alguna, esa bellota puede, bajo las condiciones adecuadas, germinar y dar lugar a un nuevo árbol. Como podéis ver, no le vale cualquier bellota. Las escoge bien antes de llevarlas a su escondite.
Arrendajo euroasiático Garrulus glandarius
No hay comentarios:
Publicar un comentario