Gijón es, como ya os hemos contado, una ciudad costera. Y una de las aves más comunes en cualquier pueblo o ciudad costeros, son las gaviotas en sus diferentes especies. En Asturias y en Gijón, en concreto, una de las especies de gaviota más abundantes durante todo el año es la gaviota patiamarilla Larus michahellis. Pero a lo largo de todo el año es posible ver, sin mayor dificultad, varias especies distintas. Y una de las habituales en invierno son las gaviotas argénteas europeas Larus argentatus. En nuestras tierras pueden verse dos especies diferentes de argénteas. La gaviota argéntea europea Larus argentatus y la gaviota argéntea americana Larus smithsonianus. Distinguir ambas especies cuando estamos observando gaviotas es un ejercicio que requiere muchos conocimientos gavioteros, grandes dosis de paciencia, apoyar la observación con unas fotos de calidad, hacer una buena descripción y, porqué no decirlo, también la necesaria dosis de suerte. Pero no vamos a hilar tan fino en esta entrada del blog. Nos vamos a conformar con hablaros de la gaviota argéntea que es nativa de Europa. La gaviota argéntea europea. Solamente hablando de ella, sin meternos en más honduras, ya se complica bastante el asunto. Ahora veréis. A España y, por tanto, a Gijón, llegan dos subespecies de dicha gaviota. La subespecie Larus argentatus argenteus a la que, coloquialmente, podemos llamar 'gaviota argéntea noroccidental', tiene sus más cercanas colonias de cría en las costas francesas y Gran Bretaña. También anida en los Países Bajos e islas del Atlántico Norte. El gris del manto y alas es muy clarito. Mucho más claro, por supuesto, que el de las gaviotas patiamarillas. Su tamaño es visiblemente menor que el de la otra subespecie de gaviota argéntea. Su cabeza es más redondeada. El pecho tiene un perfil poco pronunciado y las patas son algo más cortas que en la otra subespecie. Estas características hacen que esta subespecie presente un aspecto más 'amable', más 'delicado' que su prima L. a. argentatus. Pero... Todo ello hay que cogerlo con pinzas. Pues las gaviotas son muy heterogéneas. Y además hay que tener en cuenta la visible diferencia de tamaño entre machos (mayores) y hembras (más pequeñas). Lo que complica bastante la identificación. Unos vídeos de gaviota argéntea de la subespecie L. a. argenteus. En el primer vídeo fijaos en la ligerísima diferencia de tamaño y, sobre todo, de estructura de la argéntea. También en las diferencias de plumaje.
La otra subespecie de gaviota argéntea europea que nos visita es la llamada 'gaviota argéntea nórdica' . O, lo que es lo mismo, Larus argentatus argentatus. Anida desde Alemania y hasta Finlandia. Pasando por Escandinavia y el Mar Báltico. Es de mayor tamaño que la otra subespecie. Y mayor cuanto más al norte de su área de distribución. En Asturias es menos común que la subespecie L. a. argenteus. Y para complicarlo aún más, dentro de esta subespecie también existen diferencias de color en patas, dorso y alas. Así como en el diseño de las puntas negras y blancas de las primarias. Pero eso vamos a dejarlo aparte. Las gaviotas argénteas nórdicas (L. a. argentatus) que aquí llegan tienen un tono de gris en el dorso y alas visiblemente más oscuro que las de la subespecie L. a. argenteus. Muestran visibles diferencias en el diseño de las puntas negras y blancas de las primarias (con menor cantidad de negro). Y al ser de mayor tamaño que la otra subespecie y tener una constitución más robusta (pico mayor, perfil de la cabeza menos redondeado...), presentan un aspecto menos 'delicado', más 'amenazador' que sus primas. Lamentablemente, no podemos mostraros imágenes de gaviotas argénteas nórdicas. Pues no las tenemos. Disculpas.
Todo ello complica la identificación en el campo. Pero no debemos obsesionarnos con el tema. La experiencia de años de observación gaviotera nos dice que la inmensa mayoría de argénteas que veamos serán de la subespecie más próxima a nosotros. Es decir, de L. a. argenteus.
En cuanto a la época del año más propicia para ver esta especie, deciros que es el otoño-invierno. Las argénteas empiezan a llegar, generalmente, en el mes de septiembre. Y se dejan ver en mayor número durante diciembre y enero. Esta es la norma general. Pero, como toda norma, tiene excepciones. En todos los años que llevamos dedicados a ver aves, hemos detectado ocho gaviotas argénteas veraniegas. En los meses de junio, julio y agosto. No es que sea algo raro. Pero sí que no es habitual. Solamente son ocho en algunos centenares de argénteas identificadas con seguridad. Es decir, que no cuentas con ver esta especie en verano. Así que, cuando localizas un ejemplar, sueles darle vueltas a la observación para asegurarte de que, efectivamente, has visto una argéntea. Y no otra cosa. Además de resultar inusual la observación de la especie en los meses de verano, hay otro factor que, en nuestro caso, complica también la identificación. En Gijón es habitual ver gaviotas argénteas de primer invierno y aves adultas o casi adultas. De cuarto o quinto invierno. Pero ver argénteas de otras edades distintas ya no es tarea fácil. Si a una época que se sale de lo habitual, sumamos un ave de edad también inusual, tenemos la combinación perfecta para darle vueltas a la cabeza un tiempo. Varios días costó ubicar correctamente la gaviota que os vamos a mostrar. Vista el 8 de julio del 2019 en el puerto de El Musel. A primera vista y, claro, a toro pasado, no tiene nada de extraño. Pico bicolor, algunas plumas mudadas ya a gris clarito y que indican a las claras gaviota argéntea y algunas otras características más. Que también apuntan en la dirección de la gaviota argéntea. Pero en el campo se veía un bicho muy grande. Del tamaño de un gavión atlántico Larus marinus. La cabeza se veía con un perfil no tan redondeado como una L. a. argenteus. Y el pico, se aprecia claramente, era muy grande. Pero no podemos afinar hasta la subespecie.
Gaviota argéntea europea Larus argentatus |
Y en este vídeo la veis comiendo un descarte pesquero. Otra característica que despistó es que era fiera. Agresiva. No permitió que otra gaviota se acercara a su comida. Mantuvo a raya a las gaviotas patiamarillas que quisieron disputarle su pitanza.
Esto ha sido todo. Hasta una próxima ocasión.
4 comentarios:
Que buena entrada!
Buen trabajo.
Muy buena explicación. Es difícil el mundo gaviotero entre estas especies y más si hablamos de distintas edades en juveniles. Cuestión de mucho observar y leer buenas enseñanzas, como esta. Un saludo.
Muchas gracias, Javi Alonso, celestino y luismadrid por leer y comentar. Nuestra intención cuando escribimos y publicamos una entrada es, lo primero y principal, ser amenos. Además intentamos enseñar y divulgar lo que sabemos. Nos alegramos mucho, Juan y yo, de que os haya gustado y os haya parecido interesante esta entrada.
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