Pues sí. Nos estamos cargando el único mundo conocido habitado por el ser humano. La Tierra. Seguro que habéis oído hablar del llamado Calentamiento Global, de los atropellos a los animales salvajes, de la destrucción del hábitat, del problema de los plásticos y demás residuos que dejamos abandonados en el Medio Natural (para lo que se ha acuñado un término como basuraleza) y de la contaminación de todo tipo que sufrimos. Muchos hemos visto fotos de las islas de basura que hay en los océanos, de los ríos de mierda que bajan por el llamado Tercer Mundo, del deshielo de los casquetes polares y el retroceso de los glaciares... Hemos visto películas como "Albatros" de Chris Jordan, "Nómadas del viento" de Jacques Perrin, "Una verdad incómoda" de Davis Guggenheim y otras. Podéis echar un vistazo al 'tráiler' de la película "Albatros" en este enlace de YouTube. Estremecedor ver lo que hay en los estómagos de estas aves:
https://www.youtube.com/watch?v=iJnrABfEF1o
Y en este otro vídeo podéis ver al pobre cisne vulgar Cygnus olor, intentando amontonar la basura recogida para hacer su nido:
https://www.youtube.com/watch?v=AubiRommz8o
Pero cuando vemos las cosas de cerca, cuando nos toca al lado, nos damos de verdad cuenta del problema. En Gijón es habitual ver aves perjudicadas por la acción del ser humano. Y también es frecuente ver las consecuencias que, para el medioambiente, tiene la acción de los gijoneses. Para muestra, el botón de la foto. En ella se ve el estado en el que quedó el área recreativa de San Andrés, situada en la parroquia de San Andrés de los Tacones en Gijón, después de un fin de semana 'movidito'. Foto de cámara compacta.
Visto lo visto, no es de extrañar que no hagamos caso cuando vemos la mierda en la playa de San Lorenzo. Escenas como las de las fotos que van a continuación son habituales cuando vamos a gaviotear. Un trapo sin identificar tirado en la desembocadura del río Piles.
O esta lata de cerveza. Que podemos asegurarlo, no se bebió la gaviota patiamarilla Larus michahellis anillada en Asturias que aparece en la foto al lado de la basura.
Pero lo peor de todo es cuando esos desperdicios que tiramos, despreocupadamente, donde nos apetece, causan problemas a la fauna salvaje. El cormorán grande Phalacrocorax carbo es una de las especies más perjudicadas. Los de las fotos pueden dar fe de lo que escribimos. Aunque, la verdad, en Asturias da un poco igual lo que les pase. Su peor problema, con ser malo, no son los residuos abandonados por los humanos. Nuestro querido gobierno autonómico se entretiene matando a tiros a unos cuantos cientos de ellos cada año. Su pecado es comerse los peces de los ríos asturianos. Y hay que contentar a los pescadores deportivos. Pescando votos.
Cormorán grande Phalacrocorax carbo con un aparejo enredado en el cuello.
Cormorán grande Phalacrocorax carbo con varios sedales saliendo de los lados del pecho.
Las gaviotas patiamarillas Larus michahellis, la especie de gaviota más común y abundante en Gijón durante gran parte del año, tampoco se libra de la mierda que tiramos por cualquier lado. Unas fotos, hechas en el puerto de El Musel, que ilustran lo que decimos.
Gaviotas patiamarillas Larus michahellis con sedales en pico, alas y patas.
Pero lo peor, con ser malo lo anteriormente mostrado, es la prisa con la que vamos algunos conductores. Las muertes de aves por atropellos están a la orden del día. En las fotos que os ponemos van impresas fecha y hora. No os decimos más.
Gaviotas patiamarillas Larus michahellis muertas por atropello. Una de ellas estaba anillada.
Algunas de las aves atropelladas tuvieron mejor suerte. Por ejemplo, este gavión atlántico Larus marinus. Tenía un ala rota, con una fractura interna y sin desplazamiento. Fue recogido, enviado a casa de un amigo, cuidado, recuperado y liberado una vez restablecido. Foto de teléfono móvil y de mala calidad.
Gavión atlántico Larus marinus.
Con esta entrada queremos llamar la atención sobre lo guarros y despreocupados que somos los seres humanos. Y sobre lo poco conscientes que somos de ese comportamiento. Estamos seguros que, por mucho que mostremos imágenes como las anteriores, nuestros conciudadanos seguirán comportándose de igual modo y dejando todo hecho unos zorros. Es una lástima, pero así somos. Lo malo es que luego, cuando vemos las orejas al lobo, nos quejamos.
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