Estos pasados días pudimos leer una noticia que no deja de ser, cuando menos, curiosa. Si es que no es, directamente, sorprendente. Un ejemplar de aguja colipinta Limosa lapponica que está equipada con un trasmisor de seguimiento por satélite, fue capaz de volar sin escalas, sin parar a descansar, desde Alaska hasta Nueva Zelanda. Más de doce mil (12.000) kilómetros de distancia en los que empleó once (11) días. Partió de Alaska el 16 de septiembre y llegó a Nueva Zelanda el 27 de septiembre. Once días después de un vuelo sin escalas de 12.854 kms. Es un macho adulto conocido como 4BBRW. Son las iniciales en inglés de los colores de las anillas que lleva en sus patas. (Blue, blue, red, white. Azul, azul, rojo, blanco). Desde el año 2016, además de estar anillada, lleva un radiotransmisor por satélite En este enlace lo podéis leer:
Y este es el mapa con el recorrido que siguió, desde Alaska y hasta Nueva Zelanda. Fuente: Diario "La Vanguardia":
Y este es el mapa de su viaje. Desde Alaska a Nueva Zelanda sin escalas. Y desde Nueva Zelanda y de vuelta a Alaska, con parada en el Mar Amarillo, en China.
Ruta de E7 |
Aguja colipinta Limosa lapponica. Mapa de distribución. Fuente: © Wikipedia. |
La especie presenta varias subespecies. Limosa lapponica baureri es la que está presente en Nueva Zelanda. El censo de población del 2009 arrojó un total de 133.000 ejemplares para esta subespecie, con una tendencia decreciente en su número. Es la subespecie de mayor tamaño de todas. La palabra "limícola" viene del latín limus (que viven en el limo o en el lodo). A pesar de poder adaptarse a distintos bioclimas, las aves limícolas están generalmente asociadas a zonas húmedas. Y esencialmente a zonas húmedas costeras, como los estuarios y las lagunas. Las agujas colipintas son limícolas de gran tamaño, con una envergadura de unos 75-80 cms., unos 35-40 cms. de longitud (sin contar el pico), un peso máximo de algo más de 600 grs. y una masa corporal de unos 290 grs.
Algunos ejemplares pueden quedarse a invernar en las grandes rías asturianas de Ribadeo y Villaviciosa. En Gijón es muy raro verlas en invierno, siendo habituales en escaso número durante sus migraciones. De hecho y revisando nuestros registros recopilados a lo largo de más de treinta y cinco años, no hemos encontrado ninguna observación invernal. Todas están hechas en los pasos. Tanto el primaveral, como el postnupcial. Se trata de aves estacionadas en la Ría de Avilés y la bahía de Gijón o vistas en migración desde los cabos de San Lorenzo y la Punta de la Vaca.
Os mostramos algunas imágenes sacadas el año pasado en las que se pueden ver los distintos plumajes que presentan. El color rojo ladrillo es el que tienen cuando están en plumaje nupcial, durante la época de reproducción. Las de color apagado, gris ocráceo blanquecino, ya presentan plumaje no reproductor. La librea invernal. Lo veis en estas fotos.
Agujas colipintas Limosa lapponica. Plumaje nupcial. |
Aguja colipinta Limosa lapponica. Plumaje de invierno. |
Se alimentan de pequeños invertebrados, especialmente moluscos, insectos, crustáceos y anélidos, que capturan con su largo pico. En el caso de los anélidos (gusanos) insertan su pico en el limo para rebuscar y capturar sus presas. El pico es flexible en su punta y posee multitud de terminaciones nerviosas (los llamados corpúsculos de Herbst). Lo que le ayuda en la captura de sus presas. Podéis verla atrapar un anélido Nereis diversicolor en este vídeo.
Agujas colipintas Limosa lapponica alimentándose. |
Una parte muy importante para el éxito de su migración es el cuidado del plumaje para mantenerlo en buen estado. Aquí se ve como se lavan y luego se peinan las plumas con el pico.
Agujas colipintas Limosa lapponica. Plumaje de invierno (derecha) y plumaje nupcial (izquierda). |
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