Birdwatching in Gijón (N Spain)

martes, 27 de octubre de 2020

Anillamiento científico de aves

    En la última entrada del blog, si lo recordáis, os contamos sobre una campeona de vuelo migratorio sin escalas. Una aguja colipinta Limosa lapponica de la subespecie que inverna en el sur del Pacífico, concretamente en Nueva Zelanda. Y cría en Alaska. Desde un punto a otro, voló sin detenerse. Son más de doce mil kilómetros (12.854 kilómetros en concreto). Va equipada con un GPS por satélite y lleva cinco anillas en sus patas. Cuatro de color y una anilla metálica. Se la conoce por 4BBRW, por las siglas en inglés de las anillas (Blue, Blue, Red, White / Azul, Azul, Rojo, Blanco). Aquí tenéis una foto de la protagonista, sacada del muro de Facebook del Pukorokoro Miranda Shorebird Centre.

Aguja colipinta Limosa lapponica 4BBRW 

   El recordatorio nos da pie para introduciros la siguiente entrada que os hemos preparado. Sobre el anillamiento científico de aves.

  El anillamiento científico de aves es una herramienta muy poderosa. Y nos permite averiguar datos muy interesantes y de vital importancia para las aves salvajes. El anillamiento científico consiste en capturar el ejemplar y ponerle una anilla metálica, que es única e irrepetible para cada ave y equivale a nuestro carné de identidad. Y (si el ave es objeto de algún programa especial de estudio) añadirle una anilla (o combinación de anillas) de plástico de colores. Esas anillas pueden llevar grabado un código alfabético (letras), numérico (números) o alfanumérico (letras y números). A veces ese código se combina con algunos signos, como el de la suma, la resta, una barra inclinada, una barra vertical, un punto, una diéresis... En teoría (y como sucede en el caso de la anilla metálica), es un código único para cada ave, según la especie de que se trate. Es decir: Esa anilla se puede repetir, aunque no suele suceder, en una especie distinta. Pero nunca en un individuo de la misma especie. Por ejemplo: Una espátula común que lleve una anilla verde AU. Podría darse el caso de que se repitiera código y color en otra especie de ave. Pero nunca en otra espátula común. No todo el mundo puede ser anillador. En España existen una serie de requisitos que se recogen en un documento publicado en la página web de SEO/BirdLife:

https://www.seo.org/wp-content/uploads/2016/11/NormativaExamenAnilladorCMA2017.pdf

   Los que nos dedicamos a esta afición de la lectura de anillas de aves, bien sea de anillas metálicas, bien de anillas de color de lectura a distancia, lo tenemos ahora relativamente fácil. En estos tiempos de Internet hay una página web que recoge todos los programas de anillamiento con anillas de color que existen en Europa. La página es la del European colour-ring Birding. Más conocida entre los aficionados como CR-Birding:

http://www.cr-birding.org/

   Pero hace años, muchos, la gran mayoría de nosotros no disponía ni de ordenador, ni de conexión a Internet. En concreto y cuando yo empecé a mirar para las anillas de las aves, en el año 1993, la informática e Internet estaban todavía muy lejos de ser lo que ahora son. En estos tiempos en los que todos llevamos un ordenador en el bolsillo (nuestro teléfono móvil inteligente) es difícil pensar que, hace algo menos de veinte años, la comunicación con los coordinadores de las anillas se hacía vía correo postal. Hemos escaneado algunas cartas de respuesta enviadas por los coordinadores. Esta primera es de la Oficina de Anillamiento de SEO. Corresponde a una gaviota reidora Chroicocephalus ridibundus anillada en Bélgica con anilla metálica 6T.75224. La anilla fue leída con telescopio en el Parque de Isabel la Católica:


   La segunda corresponde a una gaviota sombría Larus fuscus anillada con metálica GN46147 en Gran Bretaña. Vista también en el Parque de Isabel la Católica. Hace años era un lugar muy bueno para la lectura de anillas.


   La tercera carta corresponde a una gaviota cabecinegra Larus melanocephalus belga. Que llevaba una anilla metálica con el código E900121. Fue vista y leída su anilla en el Tostaderu, playa de San Lorenzo. Como podéis ver es una carta muy colorida. Algunas de estas cartas tenían un diseño muy bonito.


   La cuarta recuperación por correo postal que os ponemos es la de una gaviota sombría Larus fuscus anillada en Guernsey, en el Canal de la Mancha. Con anilla metálica Jersey E 12471. Con una nota manuscrita del coordinador indicando que la lectura que le envié tenía un error. Como véis, también es una carta muy vistosa.


   Y la última carta corresponde a la recuperación de una gaviota sombría Larus fuscus islandesa con anilla de color azul claro y código negro  Y695 . Hace años era habitual ver todos los inviernos algunas gaviotas anilladas en Islandia. Verlas hoy es un "rara avis".


 
    Y aquí tenéis la distancia en línea recta que siguió la gaviota. Probablemente su ruta haya sido diferente y la distancia recorrida, mayor. En línea recta, desde su lugar de anillamiento y hasta el sitio en el que fue vista, hay algo más de 2.500 kilómetros.

Gaviota sombría Larus fuscus  Y695 . Trayectoria desde Islandia hasta Gijón.

   Todas esas gaviotas, presumiblemente, ya han muerto. No se han vuelto a ver desde hace décadas. También han fallecido, por desgracia, algunos de los coordinadores que nos enviaban por correo postal los datos de las recuperaciones.


   Pero estos tiempos de la era anterior a Internet ya han quedado atrás. Ahora, con la facilidad e inmediatez que nos proporciona dicha red informática, el tratamiento de las recuperaciones de aves anilladas ha cambiado radicalmente. Algunas recuperaciones te llegan casi a vuelta de correo electrónico. Fue el caso de esta garceta grande Ardea alba que vimos en el embalse de San Andrés de los Tacones en el 2017. Y que había sido anillada en Francia con dos anillas de color roja y azul oscura, sin códigos, en cada pata. El año 2016 fue vista en los Países Bajos. Según comunicación del coordinador, en la pata derecha llevaba otra anilla de color azul oscuro. Pero la perdió. Las imágenes son de "digiscoping" sin adaptador.

Garceta grande Ardea alba anillada en Francia.



   Algunas aves, además de llevar anillas en sus patas, portan también un transmisor de satélite con un dispositivo GPS o "Global Positioning System". Que en español significa "sistema de posicionamiento global". Es el caso de esta gaviota sombría Larus fuscus. El sistema GPS, que pesa unos pocos gramos, lleva un transmisor dentro una mochila sujeta con un arnés y una antena de comunicaciones. La antena se ve saliendo desde el dorso. La anilla verde lleva un código blanco  M.AFU . Está anillada en Bélgica. Cuando la vimos, el dispositivo GPS ya no funcionaba. Es, también, una imagen de "digiscoping" sin adaptador. El hecho de no poner adaptador es porque la prioridad es leer la anilla. Y manejar el telescopio con el adaptador acoplado el telescopio es algo engorroso. Más aún si se está dentro del coche, como en este caso.

Gaviota sombría Larus fuscus anillada en Bélgica.

   Como habéis podido ver hasta ahora, todas las aves anilladas que os hemos mostrado tienen un tamaño apreciable. Son fáciles de ver. Tanto ellas, como las anillas que llevan. Pero que las anillas sean fáciles de ver, no significa que sean fáciles de leer. Cuando la anilla es de metal, la cosa se complica. Las anillas metálicas tienen unos milímetros de ancho. Y no se pueden leer más que con telescopio o a través de una foto. Lo que requiere una buena dosis de paciencia y suerte. Con estos dos ingredientes y armados del potente zoom de una cámara "bridge", aquí os mostramos parte de la serie de fotos que tomamos para poder leer la anilla metálica que llevaba una gaviota cabecinegra Larus melanocephalus belga vista en febrero de este año. Lleva la anilla E.911869 B.






Gaviota cabecinegra Larus melanocephalus E.911869 B


   Pero todo se puede complicar más todavía. Cuando se trata de leer anillas de color de lectura a distancia en aves de pequeño tamaño. Y que suelen estar metidas entre rocas, algas o vegetación y tienen, además, un comportamiento inquieto. Es el caso de los limícolas. Como este correlimos tridáctilo Calidris alba visto en mayo de este año. Fue anillado en su lugar de invernada, en la isla Bubaque, Guinea-Bisáu. Si tenemos en cuenta que es un ave de pequeño-mediano tamaño (unos 20-21 cms. de longitud, 40-45 cms. de envergadura y un peso de unos 50-75 grs., con una masa corporal de 52 gs.) el viaje desde sus lugares de cría en torno al Ártico y hasta el Golfo de Guinea en el continente africano, no es cosa menor. Además suelen ir costeando en su migración. Lo que hace que la distancia recorrida sea mayor. En línea recta la distancia entre su lugar de invernada y Gijón es de unos insignificantes 3.863 kilómetros. Y aún le queda la etapa que le lleve al extremo norte de Europa. Este ave lleva la siguiente combinación de anillas sin código: En la derecha, metálica en tibia y roja sobre amarilla en tarso. En la izquierda, bandera negra sobre anillas roja y amarilla en tarso. Desde la fecha de su anillamiento, en el año 2019, no se había vuelto a ver. Estuvo en Gijón durante al menos nueve días. Como veis en el vídeo no se estaba quieto y era muy complicado filmarlo.


Correlimos tridáctilo Calidris alba anillado en Guinea-Bisáu.

Correlimos tridáctilo Calidris alba anillado. Trayectoria en línea recta desde su lugar de invernada hasta Gijón.



   Y en este otro vídeo podéis daros una idea de lo complicado que es echarle la vista encima al chiquitín cuando se esconde entre el bando de tridáctilos que ese día estaba presente en la zona. De hecho, no se le ve en este vídeo. Sin embargo, estaba en ese bando. Probablemente escondido tras una roca.



   Como habéis visto, el anillamiento científico de aves proporciona datos muy interesantes. Sitios de invernada, lugares de reproducción, sitios en los que paran durante sus viajes migratorios y tiempo en el que permanecen allí... También podemos saber, en muchos casos, la edad del ave anillada. Es el caso de esta gaviota cabecinegra Larus melanocephalus anillada con anilla blanca y código negro E844. La primera vez que se la vio en Gijón fue en al año 2003. Llevaba una anilla blanca con código negro 4HV y había sido anillada en los Países Bajos en el año 1998 siendo un pollo incapaz de volar. Se le cambió la anilla de color por la actual en el año 2017. Probablemente por deterioro de la anterior. La última vez que se la vio en Gijón fue el 13 de febrero de 2020. Tiene, nada más y nada menos que veintidós años de edad.

Gaviota cabecinegra Larus melanocephalus E844.

    Desde que fue anillada ha sido vista once años en Asturias. Primero en Avilés (dos años) y luego en Gijón. Once viajes de ida y vuelta. La distancia en línea recta entre su lugar de anillamiento y la desembocadura del Piles, en Gijón (y sin contar la distancia hasta Avilés) es de unos 1.200 kilómetros. Si lo multiplicamos por veintidós viajes (ida y vuelta) desde los Países Bajos (antigua Holanda) hacen un total de algo más de 26.400 kilómetros. Que serán bastantes más casi con toda seguridad, pues lo más normal es que haya hecho la mayor parte de su migración siguiendo la costa.

Gaviota cabecinegra Larus melanocephalus E844.
Distancia en línea recta desde su lugar de anillamiento hasta Gijón.



   Otro ejemplo de longevidad es el de esta gaviota sombría Larus fuscus que fue anillada con anilla amarilla y código negro  E146  en los Países Bajos (antigua Holanda) en el año 2007 cuando tenía cuatro años de vida. La última vez que se vio fue en marzo de 2020. Cuando tenía diecisiete años. En la otra pata llevaba una anilla amarilla con una E negra. Pero la perdió. Curiosamente no le pusieron anilla metálica.

Gaviota sombría Larus fuscus  E146 .


   También en Asturias hay un proyecto de aves anilladas con anillas de color de lectura a distancia. Se lleva a cabo en gaviotas patiamarillas Larus michahellis de la subespecie del Cantábrico, Larus michahellis lusitanicus. Esta de la foto fue anillada en el año 2016 en el puerto de El Musel, Gijón, cuando era un pollo. Lleva una anilla negra y código blanco  AK8F . Las gaviotas patiamarillas cantábricas son muy territoriales y no suelen abandonar su zona de nacimiento. El dato más lejano en distancia de una gaviota patiamarilla asturiana, es el de un ejemplar visto en Gran Bretaña.

Gaviota patiamarilla Larus michahellis lusitanicus  AK8F .


   Los cormoranes grandes Phalacrocorax carbo y los cormoranes moñudos Phalacrocorax aristotelis son otras especies objeto de estudio mediante anillamiento científico. Los cormoranes grandes son muy viajeros. Este de la foto fue anillado en Suecia con metálica 9257949. Se vio en Gijón durante seis inviernos consecutivos.

Cormorán grande Phalacrocorax carbo 9257949.


   Los cormoranes moñudos, sin embargo, son mucho más territoriales. No suelen alejarse de su lugar de nacimiento más que unos pocos cientos de kilómetros a lo sumo. Este ejemplar fue anillado en Cantabria con anilla verde y código blanco  HB .

Cormorán moñudo Phalacrocorax aristotelis  HB .



   Otro gran viajero que vimos el año pasado en Gijón fue este correlimos gordo Calidris canutus. Fue anillado en invierno en el Banc d'Arguin, Mauritania, en 2017. Lleva la siguiente combinación de anillas sin código. En la derecha dos anillas azul claro en tarso y anilla metálica en tibia. En la izquierda una bandera negra en tibia y dos anillas verdes en tarso. El correlimos gordo es un limícola de tamaño mediano-grande. Su longitud es de unos 23-26 cms, la envergadura de entre unos 47-53 cms. Y un peso medio de unos 140 grs. Aunque pueden doblar ese peso antes de empezar su viaje migratorio. Lo que les va a venir muy bien si tienen que viajar durante los más de 2.800 kilómetros que se desplazó este ejemplar desde sus cuarteles de invierno hasta Gijón. Pensad que todavía le queda un buen recorrido hasta sus lugares de nidificación, en torno al Ártico.



Correlimos gordo Calidris canutus anillado.


Correlimos gordo Calidris canutus anillado.
Distancia en línea recta desde el lugar de anillamiento hasta Gijón.

   Aquí podéis ver al correlimos gordo anillado, junto a sus congéneres, en la tarea de ganar peso para continuar su viaje migratorio.




   Tenemos muchos datos más de aves anilladas. Principalmente de gaviotas de varias especies. Pero no vamos a poneros más. Sería redundar en lo escrito y cansaros innecesariamente. Solamente os diremos que en todos estos años hemos visto en Asturias un total de mil quinientas ochenta y cuatro (1.584) aves anilladas en veintiún países: España, Portugal, Francia, Países Bajos (antigua Holanda), Bélgica, Irlanda, Islandia, Gran Bretaña, Italia, Croacia, República Checa, Alemania, Suecia, Noruega, Polonia, Dinamarca, Finlandia, Lituania, Hungría, 
Mauritania y Guinea-Bisáu. Además, tenemos otras muchas anillas leídas parcialmente de las que, al no haber podido tramitar su recuperación, no sabemos su procedencia.

   Nada más. Esto ha sido todo por hoy. Hasta una próxima ocasión.

2 comentarios:

De paseo por la naturaleza dijo...

Me gustaría daros la enhorabuena por la entrada en el blog y por la inmensa base de datos que tendréis.Me apasiona la lectura de anillas. Saber sus historias es algo fantástico. Leyendo vuestra entrada he de deciros que la gaviota cabecinegra E844 la vi el 5-12-2016 en Gijón. Os dejo un par de entradas del blog con algunas de las aves anilladas vistas por allí.
https://depaseoporlanaturaleza.blogspot.com/2016/12/historias-de-gaviotas-por-gijon-i.html
https://depaseoporlanaturaleza.blogspot.com/2017/01/historias-de-gaviotas-de-gijon-ii-y-mas.html
Tengo unas cuantas entradas mas de Gijón con más aves anilladas, si alguna os interesa, no dudéis en poneros en contacto conmigo. Un saludo.

Nacho Vega dijo...

Muchas gracias por tus palabras, "De paseo por la naturaleza". Por fin he podido entrar en tu blog. Leyendo en la base de datos de anillas que MAVEA tiene en su página web (base de datos que es pública), veo que José Barrueso Franco la vio a E844 el 10/12/16 en Gijón. Supongo que tú eres José. A ver si la próxima vez que vengas por aquí podemos quedar para ir a bichear juntos. Y gracias por el dato de las anillas.