Birdwatching in Gijón (N Spain)

martes, 25 de mayo de 2021

Vicisitudes de una familia de cárabos comunes "Strix aluco" en una cabayera de Gijón

    El concejo de Gijón alberga varias parejas nidificantes de cárabos comunes Strix aluco. Algunas de ellas anidan en lugares de fácil acceso y en los que se puede pasear fácilmente buscando señales de la actividad de estas bonitas rapaces nocturnas. En el caso de los cárabos de esta entrada, son de los más populares del concejo de Gijón. De hecho, uno de ellos es el protagonista de la foto que ilustra el blog. La primera foto es de Juan Bueno Pardo. En ella podéis ver a la hembra. En la otra foto, mía y hecha con digiscoping con adaptador, se ve al macho.

Cárabo común Strix aluco. Hembra.
Foto © Juan Bueno Pardo.

Cárabo común Strix aluco. Macho.


   Una de las maneras más sencillas de localizar una rapaz nocturna es mirando al suelo. Sí. No estamos equivocados. Si vamos mirando al suelo, en vez de a las copas de los árboles, podremos localizar una especie de bolas compuestas por pelos, plumas, huesos y partes indigeribles de las presas de las que se alimentan. Son las egagrópilas. Para los que no somos expertos en el manejo de egagrópilas y en el análisis de los huesos que las componen, es de gran ayuda consultar una de las varias páginas web que sobre el tema hay en Internet. En nuestro caso nos hemos guiado por una estupenda página de la Universidad de Huelva, que se titula EgaEduca: http://www.uhu.es/egaeduca/. La recogida, limpieza y clasificación de las egagrópilas y los restos que contienen, es una tarea fácil. Pero también laboriosa. Hay que seguir una serie de precauciones higiénicas, pues son restos no digeridos de animales y pueden ser una fuente de enfermedad. Debemos proveernos de unos guantes de goma desechables y una bolsa de plástico de cierre hermético, como las que se usan para congelar alimentos, en la que depositaremos las egagrópilas recogidas. Una vez en casa, hemos de disponer de un lugar ventilado para proceder a desmenuzar y limpiar los restos (huesos, plumas o partes de insectos) que las componen. Si la egagrópila es vieja es seguro que estará seca y dura. Para poder rescatar, sin romperlos, huesos y otros componentes, debemos hidratarla. Lo mejor es emplear agua oxigenada rebajada con agua corriente. Luego, cuando ya esté reblandecida, con unas pinzas, un palillo largo de madera, guantes de goma desechables y mucha paciencia, procederemos a separar huesos y otros restos del amasijo de pelos y plumas a medio digerir.

   En relación con los cárabos comunes que hemos seguido durante dos temporadas de cría (años 2017 y 2018) hemos de deciros que la mayoría de las egagrópilas recogidas estaban formadas por pelos y huesos de ratones de campo Apodemus sylvaticus y ratones comunes Mus musculus. En otras ocasiones vimos o recogimos, aunque no formando parte de una egagrópila, restos no consumidos de roedores y aves. Y una vez tuvimos la suerte de ver a los adultos aportando restos de una urraca común Pica pica como ceba.

Roedor sp.


Restos de ave 


Restos de egagrópila. Abril de 2021.


Restos de egagrópila. Abril 2021.


  A pesar de que los cárabos comunes son eficaces cazadores, lo mismo de micromamíferos que de aves, toleran la presencia de otros pájaros en el lugar en el que están alimentando a sus pollos. Es el caso de los bonitos colirrojos reales Phoenicurus phoenicurus. Una pareja anidó durante esos años, y sigue haciéndolo, en el hogar de los cárabos. El macho adulto se ve en esta preciosa foto de Juan Bueno Pardo.

Colirrojo real Phoenicurus phoenicurus.
Foto © Juan Bueno Pardo.


   Pues, volviendo a los cárabos, desde el año 2017 en el que, gracias a un amigo, tuvimos noticia de su asentamiento en la carbayera, varias cosas han sucedido. Y muchas de ellas han sido muy malas. La carbayera está cruzada por dos líneas eléctricas. Una de baja tensión. Y otra de media tensión y con un transformador que tenía los apoyos sin modificar. En estas fotos podéis ver la zona. Son del día en el que fui a hacer fotos a uno de los cárabos muertos.

Torre de media tensión con transformador.


Tendido de baja tensión.

Tendido de media tensión.

Tendido de media tensión.


   Esta circunstancia ha hecho que varios ejemplares hayan muerto electrocutados. El primer cárabo que apareció muerto fue el 10 de junio del 2017. Al pie de la torre de electricidad que tiene el transformador. La foto es del día siguiente.

Carábo común Strix aluco. Pollo volantón.

   En el mes de julio del 2019 conocimos una noticia aún peor. Había muerto electrocutada en uno de los apoyos del transformador la hembra adulta. Eso hizo que en esa temporada de cría no saliera adelante ningún pollo.

Cárabo común Strix aluco. Hembra adulta.

Cárabo común Strix aluco. Hembra adulta. Julio del 2019. 

   El penúltimo pollo volantón muerto del que tenemos noticias lo fue el 17 de junio de 2020.

Cárabo común Strix aluco. Pollo volantón. 17 de junio de 2020.
Foto © Felipe Carreño Morán. 


   Y el último encontrado muerto fue otro pollo volantón. Unos días antes pudimos verlo sano y lleno de vida. En estas fotos se ve al pollo y la hembra. Son del 13 de abril de este 2021.

Cárabo común Strix aluco. Hembra adulta.


Cárabo común Strix aluco. Pollo volantón.



   Unos días después se encuentra muerto, de nuevo al pie de la torreta del transformador, al pollo volantón de ese año. A partir de ahí, mediante llamada a las autoridades para que viniesen a recoger el cadáver, sacar fotos y redactar un informe, se denunció el caso en diversos medios de comunicación, organismos oficiales y sitios de Internet. Al poco tiempo la compañía eléctrica movió el trasero y arregló los apoyos del transformador. Actualmente no suponen riesgo de electrocución. 
incluso se logró que la fiscalía investigara el caso. Podéis leerlo en estos enlaces.  A "La  Voz de Asturias":


Y al muro de Facebook de "Cosas del Migue". Que ha fijado la publicación. En las fotos podéis ver los apoyos modificados. Cuatro muertes de un ave de una especie protegida ha costado que hicieran caso. Más vale tarde, que nunca:

  

   A ver si, de esta vez se acaban las electrocuciones. Y, sobre todo: A ver si los que vamos a observar aves a dicho lugar nos comportamos con el debido respeto. En todos estos años he visto comportamientos, como decían en aquella película: "Que no creeríais".

4 comentarios:

Miguel dijo...

Estupenda entrada, cuando encontramos un ave electrocutada llamar al 112 es una parte importante de la solución y si la complementamos con la comunicación a una organización ecologista o conservacionista estaremos sentando las bases para que en ese punto no haya más víctimas.

Javi Alonso dijo...

Muy buena entrada!!

Luis Miguel Madrid dijo...

Muy buena la historia, que empezó mal pero parece que ahora ya podrán vivir tranquilos los cårabos y demás aves que vivan en ese entorno. Un saludo.

Nacho Vega dijo...

Muchas gracias, Miguel, Javi y Luis Miguel, por entrar a leer y a comentar. Es lo que nos anima a seguir adelante.