Birdwatching in Gijón (N Spain)

domingo, 25 de julio de 2021

Control de gaviotas nidificantes en la ciudad.

   Las ciudades tienen su avifauna asociada a ellas. En las poblaciones costeras o cercanas a la costa es diaria la presencia de aves marinas. Entre ellas destacan, por su proximidad al ser humano, las gaviotas. En Asturias podemos encontrar durante todo el año gaviotas patiamarillas cantábricas Larus michahellis lusitanius en casi cualquier pueblo o ciudad. Varios factores contribuyen a este hecho.

1.- La gran cantidad de costa que tiene Asturias. Unos cuatrocientos setenta y dos (472) kilómetros.

2.- La presencia del vertedero central de COGERSA. Un inmenso basurero ubicado a poca distancia del casco urbano de Gijón. Y que, durante años, acogió los residuos de toda Asturias y parte de León. A día de hoy los asturianos seguimos depositando allí nuestra basura.

3.- La práctica, hasta hace pocos años, de echar al mar los descartes pesqueros de la pesca comercial. Actualmente está prohibido tirar a la mar los descartes.

4.- La costumbre que tenemos demasiados gijoneses de dejar las bolsas de basura al lado de los contenedores y fuera de los mismos. Una fuente gratis de comida para las gaviotas.

5.- El hecho de que los humanos hemos invadido su espacio natural. Aumentando el tamaño de las ciudades y pueblos. Degradando con infraestructuras algunos lugares en los que las gaviotas anidaban en plena naturaleza, etcétera.

    Hay más causas. Pero no vamos a cansar detallándolas.

   Los gijoneses tenemos la percepción de que el número de gaviotas patiamarillas nidificantes está aumentando. Pero es una percepción errónea. Un estudio de Aitor Galarza y publicado en la revista Munibe Ciencias Naturales, una revista de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, alerta de un descenso de casi el 50% (en concreto del 46,7%) en las colonias de Vizcaya, País Vasco. Aunque no es en Asturias, ni en Gijón, los resultados son extrapolables al resto del Cantábrico.


   En lo que respecta a Gijón, la numerosa colonia de cría que había en el Cabo Torres ha menguado hasta quedar, en la actualidad, circunscrita a unas pocas decenas de parejas. Y seguirá disminuyendo, nos tememos. El Atlas de Aves Nidificantes de Asturies (1990-2010), estimaba una población nidificante de entre 6.000 a 7.000 parejas. Hay que tener en cuenta que, por aquellos años, el número de gaviotas nidificantes en la naturaleza estaba en su apogeo. Y la colonización de las ciudades por la especie se encontraba en sus comienzos. Empezó en 1992. No obstante los autores de los textos de Atlas ya apuntan que el número de parejas reproductoras parecía haberse reducido (Molina & Bermejo 2009). Del 2007 al 2009 se hizo un censo de gaviotas reidoras, sombrías y patiamarillas a nivel de toda España. En el que tuve el placer de participar. La población estimada, a la baja, de parejas reproductoras en Asturias fue, por entonces, de 4.237 parejas. Estas cifras recogidas en estas publicaciones no son más que un bello y triste recuerdo en la actualidad. Si estáis interesados en este trabajo de censo de gaviotas, podéis descargarlo o leerlo en este enlace y en formato PDF. "Gaviotas reidora, sombría y patiamarilla en España. Población en 2007-2009 y método de censo", se titula el trabajo:


   Muchos de nuestros convecinos gijoneses se quejan de las molestias ocasionadas por las gaviotas. Llevan muchos años quejándose. Y sus lamentos han hecho que, desde el año 1996, todos los dirigentes de los distintos partidos políticos que han gobernado en Gijón, hayan llevado a cabo lo que, eufemísticamente, han llamado un "control sobre los nidos, huevos y pollos de gaviotas". Control que consiste en la retirada de esos nidos, huevos y pollos. Retirada que, en todos los casos, significa la muerte. Se mata a los pollos y se destruyen huevos y nidos. A lo largo del año 2020 se han "retirado", según datos de la agencia encargada de la tarea, 1.425 descendientes (es decir, huevos y pollos) y 589 nidos. Lo que constituye, según cuenta la noticia un "récord histórico". Triste récord. En el diario "El Comercio" del lunes 19 de julio de 2021 podéis leer lo que os contamos:

Diario "El Comercio". Edición de Gijón. 19/07/2021.


   Entre otras cosas, los gijoneses se quejan de los ruidos y suciedad que generan estas aves. Alegan que sus chillidos, que no cesan ni de noche, no les dejan dormir. Al respecto tengo que hacer (y ahora hablo en primera persona) una puntualización. Vivo en un edificio que dista menos de 300 metros de la línea de costa en línea recta. En los tejados que tengo encima hay, este año, dos nidos de gaviota patiamarilla. Uno de ellos queda fuera de la vista. Por lo que no sé la cantidad de pollos que sacarán adelante. En el otro nido, aunque tampoco puedo verlo, si observo a adultos y pollos cuando pasean por las inmediaciones. Tiene, por lo menos, dos pollos a punto de volar. Puede que, cuando esta entrada se publique, ya hayan volado.

   Siguiendo con el tema de los ruidos provocados por las gaviotas, dicen mis conciudadanos que sus ruidos nocturnos les despiertan. Recuerdo que tengo dos nidos encima de la casa en la que vivo. Vivo en un sexto y las terrazas quedan en lo que constituye el tejado del séptimo. Ni me despiertan por la noche, ni me molestan sus ruidos. Cuando era joven, hace muchos años, dormía toda la noche de un tirón. Y no me despertaba ni una bomba que cayese a mi lado. Mucho menos lo hacían un ejército de gaviotas chillonas. Ahora, que hace mucho que dejé la juventud atrás, tampoco me despiertan los chillidos de las gaviotas. Duermo menos que un búho. Y mi insomnio hace que oiga cualquier ruido que se produzca en las cercanías. Pero una vez que consigo conciliar el sueño, nada me despierta. Y lo mismo les pasa, lo afirmo con toda seguridad, a los que se quejan de que las gaviotas no les dejan dormir.

   Y sin abandonar el tema de los molestos ruidos de las gaviotas nidificantes en la ciudad, hay algo que me resulta chocante. Mis conciudadanos no se quejan con la misma contundencia de los ruidos provocados, noche tras noche de verano y fines de semana, por los juerguistas que regresan a casa medio borrachos. Y que incívicos y despreocupados por el descanso de sus vecinos, van pegando voces a todo pulmón. Curioso. Tampoco protestan de los ruidos provocados por los escapes de los vehículos a motor. Ni de los molestos ruidos que tienen que soportar debido a los camiones de basura cuando vacían los contenedores.

   Otra de las razones que mis conciudadanos esgrimen para la erradicación (que no el "control") de los nidos de gaviota patiamarilla en la ciudad de Gijón, de las gaviotas patiamarillas nidificantes en mi ciudad, es que son sucias. Que todo lo manchan con sus deposiciones y su costumbre de romper bolsas de basura para rebuscar dentro algún resto comestible. Se olvidan, al mencionar lo anterior, de dos cosas:

1.- En muchas zonas de mi ciudad es mayor la suciedad por la contaminación industrial (polvo de mineral de hierro, de carbón, de la cementera de Aboño, de las chimeneas de ArcelorMittal...) que la provocada por las gaviotas. Y de eso pocas quejas se oyen. Y menos aún se ven a cientos de personas participando en las manifestaciones de protesta que se convocan en mi ciudad. Los manifestantes no alcanzan las tres decenas. Y son, casi siempre, los mismos.

2.- Estas aves rompen las bolsas de basura para rebuscar en ellas restos comestibles. Muy cierto. Las gaviotas son grandes oportunistas. Aprovechan cualquier fuente de comida fácil. Pero lo que mis conciudadanos olvidan es que esas bolsas de basura que las gaviotas rompen y de las cuales esparcen los desperdicios, deberían estar convenientemente depositadas dentro de los contenedores instalados al efecto. Y no dejadas, alegremente, en la acera y fuera de los mismos.

   Otra de las cosas que dicen mis convecinos gijoneses es que las gaviotas son aves agresivas. No es cierto. Mejor dicho: Es cierto en parte. Las gaviotas son muy agresivas cuando consideran que corren peligro de muerte sus huevos o pollos. En el resto de las situaciones, por ejemplo si están comiendo restos de una bolsa de basura, se alejarán unos metros o saldrán volando si nos acercamos. En ningún caso nos harán frente. Saben que perderán más que ganan si lo hacen. También dicen mis convecinos que esa agresividad lleva a las gaviotas a lanzarse sobre los pinchos y demás alimentos que los hosteleros ponen en las mesas de las terrazas de sus establecimientos para que los consuma la clientela. Es cierto. Las gaviotas son oportunistas y aprovechan cualquier oportunidad de conseguir comida fácil. Pero, como en todo en la vida, hay que matizar. Suelo ir a ver aves a varios sitios de mi ciudad. En varios de esos sitios (Cimadevilla, los barrios de El Carmen, Matadero Viejo, El Natahoyo...) es habitual la presencia de gaviotas patiamarillas. Y en la totalidad de esos barrios es posible observar a las aves desde la comodidad de una silla de una terraza hostelera. En más de seis años observando aves de esa forma, jamás (repito, jamás) me ha robado el pincho o el bocata una gaviota ni ningún otro pájaro. Por la misma razón que antes esgrimí cuando hablé de las gaviotas que escarban en las bolsas de basura. Saben muy bien que pueden perder más que ganar si se atreven a acercarse a mi comida. Lo que no debemos hacer, sabiendo que hay gaviotas en las proximidades, es despreocuparnos de los alimentos y bebidas que tenemos encima de la mesa. Que es lo que solemos hacer la mayoría de nosotros. Y luego vienen los lamentos.

   A pesar de las protestas, denuncias, control de nidos en tejados y demás inconvenientes, algunas parejas se las arreglan para sacar adelante a sus pollos. Lo podéis ver en estas fotos cedidas amable y desinteresadamente por nuestro amigo Julián Rufino Gómez González. Aunque en la fecha de las fotos los pollos eran pequeños, ahora estarán a punto de abandonar el nido. Si es que no lo han hecho ya. Y es imposible que puedan atrapar a los pollos para matarlos. Por eso publicamos estas imágenes.

Gaviota patiamarilla Larus michahellis. Adulto.
Foto: Autor © Julián Rufino Gómez González.


Gaviota patiamarilla Larus michahellis. Adulto y dos de los tres pollos.
Foto: Autor © Julián Rufino Gómez González.


Gaviota patiamarilla Larus michahellis. Pollo.
Foto: Autor © Julián Rufino Gómez González.



   Este año y debido a la pandemia causada por la COVID-19 este "control" que todos los que han gobernado en Gijón desde el ya lejano 1996 han llevado a cabo, no se ha realizado. Pero no os preocupéis. Los concejales gijoneses de la formación política llamada Foro, haciendo amigos entre los gavioteros, se han encargado de recordarle al ayuntamiento gijonés que hay que volver a matar gaviotas. Habrá que tomar nota. Noticia del martes 20 de julio de 2021. Y publicada en el diario asturiano "El Comercio":



   Por desgracia, el tema del control de la población de gaviotas nidificantes en el casco urbano no es exclusivo de Gijón. Recordamos a los bienpensantes que, en este caso, "control" significa "muerte". Destrucción de huevos y retirada y muerte de los pollos. Si queremos estar convenientemente informados, debemos llamar a las cosas por su nombre. En la vecina ciudad asturiana de Avilés, también se dedican a "controlar" a la población de gaviotas que anida en el casco urbano. La noticia es para suscriptores digitales. Pero basta leer el titular para darse cuenta de la magnitud de la matanza proyectada. Pretenden recuperar en un año lo que no se hizo en los dos últimos. Reducir la población nidificante de gaviota patiamarilla entre un 30 y un 40%:


   Lo penúltimo y para no cansar a los que nos lean. Dos consideraciones más. La primera: No se debería dejar en manos de los políticos un tema como el del control de una especie salvaje, en este caso las gaviotas patiamarillas nidificantes en las ciudades. Para eso están los científicos. Esos seres que ahora están tan de moda debido a la desgraciada pandemia causada por el virus de la COVID-19. Los científicos, en este caso los biólogos, son los que, mediante los estudios correspondientes, deberían tener el poder para decidir si se hace una campaña de control de nidos. Y la cantidad de huevos y pollos que deben ser retirados. Actualmente estas cosas se dejan en manos de los políticos de turno. Quienes contratan a una empresa especializada en la retirada de nidos huevos y pollos. Pero los informes científicos previos e independientes, brillan por su ausencia. Al menos aquí, en Gijón. Hemos dicho informes científicos "libres e independientes". Precisamente en Gijón y en el año 2018, durante la campaña desarrollada entre el 15 de mayo y el 13 de julio se retiraron de los tejados de la ciudad, 561 nidos, 513 huevos y 726 pollos de gaviota patiamarilla, lo que supone un total de 1.239 descendientes. Asímismo se estima la presencia de unas 778 parejas nidificantes en la ciudad. En el año 2020 (lo habéis leído anteriormente) se batió el récord de retirada de huevos, nidos y pollos. La tendencia de la población basada en el número en el número de parejas detectadas y el número de nidos retirados, si bien no disminuye, apunta desde hace años a una progresiva estabilización. Lo podéis leer aquí:

https://sedeelectronica.gijon.es/page/5771-gaviotas

   La segunda consideración, que creemos muy conveniente, es hacer pedagogía. Con las llamadas nuevas generaciones es una herramienta que resulta útil. Las gaviotas y otras aves forman parte del paisaje de pueblos y ciudades costeros. Lo han hecho desde tiempo inmemorial. Y lo seguirán haciendo, pese a quien pese. Hay que explicarles a los niños que las gaviotas no están ocupando nuestro espacio. Sino que es justo al revés. Que somos nosotros los que nos estamos metiendo en su terreno. Hay que hacerles comprender a los niños que las aves marinas, de las que las gaviotas forman parte, son algo consustancial al paisaje de la ciudad o pueblo en el que viven. Que las gaviotas no son aves agresivas a no ser que vean peligrar la integridad de sus nidos, huevos o pollos. Que incluso pueden ser algo bonito e interesante de ver. Pero para todo ello hay que contar con la colaboración de las distintas Administraciones Públicas. Las cuales no suelen tener la paciencia suficiente para estos menesteres de enseñar a las nuevas generaciones. Y ni siquiera tienen el detalle de contestarte cuando les escribes mandando toda clase de información para contarles algo referido a las aves que viven en la ciudad en la que están gobernando. Lo único que les importa a nuestros dirigentes políticos es que sus presuntos votantes vivan tranquilos y felices. Que confíen en ellos para que, dentro de otros cuatro años, vuelvan a renovarles esa confianza mediante el voto.

   Y ahora lo último. A pesar de lo dicho hasta ahora, no está todo perdido. Hay personas que emplean su tiempo y dinero en recoger, cuidar, recuperar y liberar, si ello es posible, a los animales salvajes que les llegan. En la ciudad de Gijón algunos de nosotros hemos oído hablar de Xuan Xulio Fernández García. Es mucho menos conocido, en nuestra opinión, de lo que debería. Su labor es de un valor incalculable. Xuan es un ser humano excepcional y que de forma altruista desarrolla una labor de cuidado y liberación de la fauna salvaje en problemas. Anualmente cientos de animales que necesitan protección y cuidados son acogidos en su casa. Dijimos cientos de animales cada año. Y no exageramos. El año pasado Xuan recogió más de cuatrocientos animales, de todas clases, que necesitaron de sus cuidados. Entre ellos muchos pollos de gaviota patiamarilla cantábrica Larus michahellis lusitanius. Xuan va en su vehículo a cualquier lugar de Asturias en el que se le solicite su ayuda. Y pasa a diario por la sede de Bomberos en Gijón a recoger los animales que los gijoneses dejamos allí para que reciban sus cuidados. Y lo hace gratis. Poniendo dinero de su bolsillo. Quitando horas libres que podría pasar junto a su familia y amigos. Los animales salvajes necesitan atención las 24 horas al día, los siete días de la semana y los 365 días del año. Trescientos sesenta y seis días si es un año bisiesto. A lo largo de los años son varios cientos de gaviotas de varias especies las que Xuan recogió, cuidó y liberó. Además Xuan las anilla. Con lo que podemos saber la edad del ave cuando se recogió y seguir su evolución a lo largo de los años. En estas dos capturas de vídeo del último programa de Paxarinos TV y sacadas del canal de YouTube de esa televisión, podéis ver a Xuan en plena faena. En el vídeo también se ve a Guille. Seis añitos y ya es todo un entusiasta de las aves. El futuro. Un espléndido futuro.



Xuan Xulio Fernández García en plena faena con las gaviotas patiamarillas cantábricas Larus michahellis lusitanius. En las imágenes le acompaña Guille.


   Si queréis ver el programa completo y las imágenes de Xuan y Guille sin los cortes, este es el enlace al canal de YouTube de Paxarinos TV:

   Y aquí os compartimos unas fotos, para alegrar la vista, de algunas de las gaviotas que Xuan acogió, cuidó y liberó. Las de las fotos son todas gaviotas patiamarillas cantábricas Larus michahellis lusitanius.

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   Esperamos que esta entrada os haya parecido de interés. Y os haya ayudado a comprender mejor a estos preciosos seres alados que, en ciudades y pueblos costeros, nos han acompañado desde que el mundo es mundo. Hasta una próxima ocasión. Gracias a Julián Rufino Gómez González por la desinteresada cesión de sus fotos. Muchas gracias, Rufo.

2 comentarios:

Javi Alonso dijo...

👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻

Nacho Vega dijo...

Gracias, collaciu. Nos alegramos de que te guste la entrada. Abrazos.